domingo, abril 29, 2007

amalia en la terraza



Para clase de digital nos pusieron a hacer un ejercicio de enfoques, al que le había estado haciendo el quite durante dos semanas...viéndome en problemas porque lo tengo que entragar mañana, decidi irme a la terraza de mi casa a sacarle unas fotos a los ganchos de colgar la ropa.
Cuando llegué, encontré unas tohallas colgadas con unos lindos ganchos de colores, mucho más propicios para la foto que mis simples ganchitos de madera, ya los iba a coger para tomar las fotos y volverlos a poner en su sitio cuando llegó amalia.
Amalia ya pasó por los 70 años, tiene los ojos azules y grandes, un lunar al lado de la boca, pestañas largas, camisas y faldas de flores, manos con dedos largos y fino y parece salida de un libro de Quino.
Venía sin sweater a pesar de que hacía frío (seguramente no contaba con encontrarse con alguien en la terraza), se quedó mirandome a mí parada ahí con las manos en la masa, y yo le pregunté si las tohallas eran de ella, y le expliqué para qué me estaba "robando" temporalmente sus ganchitos. Ella me preguntó si yo era la vecina nueva y me contó que vive en el apartamento inmediatamente encima del mío mientras me entregaba los ganchitos y me observaba montar la cámara en el trípode.
Se quedó mirandome un rato en silencio y me dijo: "no sabía que tenía vecinos artistas, me parece maravilloso", a lo que yo respondí que la parte de artista no estaba muy segura y ella se rió con una risa seca de cigarrillo y café muy cargado.
Me contó que hasta hace 15 días había tenido un perrito que recogió de la calle, pero que lo tuvo que sacrificar porque la mordió tres veces (mostrándome varias heridas en las manos), que el perrito era bueno pero el veterinario le dijo que le habían dado un golpe en la cabeza y por eso se volvía agresivo sin razón (se le humedecieron los ojos al contarme) "viste como es con los animales, uno se encariña, y yo siempre he sido muy bichera....a vos te gustan los animalitos?", ante esta pregunta había que decir lo obvio: si, si me gustan los animales, y soy veterinaria...siempre que digo esto sigue una sonrisa y un "mirá que lindo"...amalia se quedó mirándome con los ojos muy abiertos, sin entenderme muy bien y me preguntó que si era veterinaria por qué estaba estudiando fotografía en argentina.....ejem.....la historia de mi vida.

Al cabo de un rato de que ella me preguntara por mi vida, por playas lindas en colombia para visitar, y de ofrecerme su ayuda en caso de que necesitara algo, me dijo: "tengo frío, así que voy a bajar al depto y cuando vos acabés con los ganchitos me los llevás".
Me quedé sola unos 5 minutos después de los cuales la vi volver..traía 4 ganchitos en la mano y me dijo "te traje todos los que tenía de colores, para que escojás a ver cuál te gusta más" me los entregó con una sonrisa amarilla pero verdadera..yo me quedé fría, le di las gracias y le sonreí.

Cuando acabé de tomar mis fotos bajé a su departamento y le entregué los ganchitos y ella me dijo: "más tarde te voy a dejar mi teléfono en tu casa, te lo tiro por debajo de la puerta, para que si algún día necesitás algo, me llamés sin pensarlo", yo le di las gracias y le dije que había sido un gusto conocerla, y que si necesitaba algo de nosotros los del cuarto piso también con mucho gusto nos tocara la puerta.

Veinte minutos más tarde andrés llegó con un papelito en la mano a mi pieza "vale esto lo acaban de tirar por debajo de la puerta".

domingo, abril 15, 2007

noches largas, mañanas ausentes

mañanas inesixtentes de levantarse con el sol cenital en la cara y los ojos pegados, la cabeza dando vueltas como si me hubiera tragado un somnífero hace un par de horas.
mañanas perdidas, tardes mediocres, series bajadas por internet sin intermitencia, una sola proyección de una temporada que normalmente duraría 4 meses, sale en una sola tarde, sale también la colección de dvds quemados, salen también mis neuronas desperdiciadas, las ganas de hacer algo, y las energías para retomar el yoga; salen y se van y cierran la puerta de la casa al salir, como para dejarme aquí unos días más en el paraíso de la vivienda suburbana.

salgo yo a donde puedo desconcentrarme del tedio, salgo y me río, y aprendo y pregunto y vuelvo y son las 11 de la noche y mi día apenas comienza.

y son las tres de la mañana y me he leído 4 libros en las últimas dos semanas y siento como me voy engordando, me voy volviendo como una plasta que no se mueve, y siento la presión del optimismo que me rodea, de mi falta de recursividad y de merecerme lo que tengo.

apago la luz cerca del amanecer y mis pensamientos son de muerte y de miedo y de amor.

foto de: http://www.flickr.com/photos/newsfromyalta/